miércoles, 22 de enero de 2014

El caso se complica.

La tapa se abrió fácilmente, sin oponer resistencia alguna, dejando salir volando un pequeño trozo de papel que había dentro y que Hana cogió al verlo. Estaba doblado varias veces con mucho cuidado para que cupiera sin problema. Tras comprobar que no había ninguna otra señal ni marca y que estaba en hora se guardó de nuevo el reloj en el bolsillo de nuevo en su gabardina. Una vez desdoblada la nota la expresión de su cara se volvió seria, incluso algo triste, pero no dijo nada, sin hacer ningún comentario sobre el contenido la guardó en el bolsillo de la gabardina opuesto al del reloj, a lo que el oficial castillo dirigió una mirada preocupada y dejando notar que la falta de comunicación por parte de la chiquilla le molestaba.

-¿No irás a irte sin decirme nada, verdad pequeña? Sería muy maleducado por tu parte.

-¡Ah! Discúlpeme, no era mi intención, en el papel aparece una dirección así que voy a comprobarla, en cuanto sepa algo más le informaré.

-¿No crees que es muy peligroso ir sola? Voy a por dos de mis hombres de confianza para que te acompañen, no sabes quién te puede estar dejando estas pistas, puede ser el culpable.

-No se moleste, le puedo asegurar que cuando necesite ayuda vendré aquí a pedírsela, seguiré colaborando con la policía y los mantendré informados al igual que hacía mi padre, pero prefiero no abusar como él de su amabilidad.

-Los casos que solía aceptar tu padre eran muy peligrosos, entiendo porqué siempre le gustaba ir acompañado, como también es cierto que con el tiempo se convirtió en un hábito. Ten cuidado y no peque de temeraria, los riesgos innecesarios no harán que avance el caso, solo que arriesgue su vida.

-Gracias, lo tendré.

El lugar al que el papel la redirigía estaba a las afueras de la ciudad, unos edificios a medio construir a los que más de una vez había ido con sus amigos años atrás. Antes de llegar al camino que llevaba a los pisos dejó la moto aparcada para hacer el resto de camino a pie y así no anunciar su llegada, a paso ligero al principio y con mucho cuidado al llegar para no hacer ningún ruido, si había alguien allí no podía dejar que la pillase por sorpresa, debía de encontrarlo ella primero.

Buscó en los dos edificios que había y por los alrededores pero no encontró ni un alma, quien fuera ya se había marchado hacía rato. Subió al primer edificio de nuevo, esta vez para buscar la pista, para tener una visión más general desde esa altura, pero no notó nada fuera de lugar, volvió a bajar al sótano, buscando una pintada que le llamase la atención, algún símbolo o dibujo, alguna palabra, cualquier cosa, aunque nada de eso fue lo que le llamó la atención, fue una de las habitaciones a medio construir del sótano, en la puerta había una estrella dibujada, grande y amarilla fluorescente, pero eso ya lo sabía, ella misma la había puesto allí con sus amigos, la nombraron su base secreta, su cuartel de operaciones cuando jugaban a ser detectives, hacía años que no iban a ese lugar, solo era una habitación vacía, con unos poyetes anchos y bajos a ambos lados de la puerta que usaban como sillas y un tablero al que le habían hecho unas patas con un listón, cortando cuatro partes iguales y uniéndolas al tablero con unos clavos largos, se habían entretenido en pintar las paredes de blanco, el hueco de los poyetes uno en naranja y otro en un verde como el de las manzanas y la mesa casera morada con las patas en azul, utilizaron los colores preferidos de todos. No estaba lejos de el instituto así que algún que otro día se llevaban el almuerzo e iban directamente a jugar a aquella habitación.

Cuando entró a su antigua base secreta se la encontró impoluta, sin tierra ni piedras ni siquiera polvo, hubiera pensado que ahora otros niños la habían convertido en su base si no fuera por la carpeta que había encima de la mesa, en ella había fotos relacionadas con el caso e información relevante, pero que ya Hana consiguió con la ayuda de la policía, lo que no había conseguido son testigos y una de las páginas estaban escritos unos nombres, podrían ser sospechosos o simples testigos, habría que comprobarlo para asegurarlo, pero lo más sorprendente se encontraba en el anexo, estaba la información detallada sobre un caso de secuestro de unos días atrás, al final del informe ponía:

 "¿Por qué no investigas este caso primero? Puede que estén relacionados, además, esta chica aún vive."

A simple vista el caso de Hana, un asesinato del cual la policía no ha podido encontrar ningún sospechoso, no tiene ninguna relación con el secuestro de esa chica, la víctima del asesinato era un hombre de casi sesenta años, soltero, sin ninguna fortuna o enemigos que le deseasen un mal, el dueño de una pequeña tienda de figuras de cristal que apenas le daba beneficios y parecía haber estado en el lugar equivocado en el momento que no debía, acabando apuñalado por la espalda en la calle, sin que le robasen ni manipulasen su cuerpo tras su muerte, y sin huellas ni el arma blanca que se usó.

Sea quien sea, la persona que le ha dejado la carpeta está muy bien informado, demasiado bien para no estar implicado, y la conocía muy bien a ella, solo ella y sus amigos sabían de aquel lugar, ni sus padres lo conocían y no era un tema de conversación frecuente, cuando dejaron de ir también dejaron de hablar de ello, lo trataron como un recuerdo entrañable y no le dieron más importancia. No era momento de sacar ninguna conclusión precipitada, tendría que llamarlos para saber si se lo dijeron a alguien y en caso de que lo hicieran, a quién, una vez que lo confirmase ya regresaría a la comisaría y le enseñaría lo hallado al oficial Castillo.
Shuriken - Naruto